Joludi Blog

Mar 7
O Povo e quem mais ordena.
Todo termina en canciones dicen los franceses, tout finit par des chansons. Pero en términos de cambios sociales históricos, quizá sea al revés, todo comienza en canciones. Por eso estoy muy atento al fenómeno del Grândola...

O Povo e quem mais ordena.

Todo termina en canciones dicen los franceses, tout finit par des chansons. Pero en términos de cambios sociales históricos, quizá sea al revés, todo comienza en canciones. Por eso estoy muy atento al fenómeno del Grândola en Portugal. Ya lo cantan de nuevo mis amigos portugueses para acallar las falacias de los políticos serviles, la palabrería de esos obedientes enlaces del poder de Bruselas y Francfort. 

Quizá es justo lo que faltaba. 

Sin la Carmagnole o el Ça ira, no hubiera habido Revolución Francesa. Sin la Cucaracha, tal vez no hubiera habido Revolución mexicana. Sin el Grândola, quizá no hubiera sido tan arrolladora y hermosa la Revolución de los Claveles. 

El Grândola es además una de las más bellas canciones de rebeldía. Es un conmovedor poema cantado que básicamente solo habla de fraternidad y de utopía (en cada esquina un amigo). Y nos dice que, al menos en esa pequeña localidad del Alentejo que se autogestionaba y se organizaba como un sueño de igualdad y humanidad ante el que Jose Afonso se admiraba, el pueblo era precisamente quien mandaba, el pueblo era “quien más ordenaba”. 

Todo comienza en canciones. Creo que sí.


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