Joludi Blog

Mar 28
Escrachar
La palabra de moda estos días es “escrachar”, sin la menor duda. Es un término que popularizaron los argentinos que pretendían hacer despertar a la sociedad de la amnesia con respecto a los crímenes de la dictadura militar . Los activistas...

Escrachar

La palabra de moda estos días es “escrachar”, sin la menor duda. Es un término que popularizaron los argentinos que pretendían hacer despertar a la sociedad de la amnesia con respecto a los crímenes de la dictadura militar . Los activistas pensaron que había que “retratar”, señalizar, estigmatizar,  a los culpables, y ponerles sin piedad en evidencia, y eso sin incurrir en ilegalidad flagrante, pero moviéndose  delicadamente por una línea intermedia.

Echaron mano de una palabra lunfarda, escrache, que significaba en la jerga de la germanía porteña, ficha policial, o retrato muy feo de alguien. Quizá el origen etimológico del término lunfardo es el scratch inglés, o garabato, debidamente relexematizado con influencia del italiano schiacciare, aplastar, o del francés écraser, aplastar, destruir…

Ecraser es un verbo muy importante en la literatura de rebelión. Lo empleaba mucho Voltaire, para referirse a la lucha sin cuartel contra las fuerzas del Antiguo Régimen. Ecrasez l’infame! escribía Voltaire al inicio de cada una de sus miles de cartas, como si fuese un Catón diciendo continuamente que Cartago debía ser destruida.

Azaña, que era culto, también hizo un guiño a esta idea volteriana cuando, en una gran manifestación, se le ocurrió decir que había que “aplastar al infame”, refiriéndose sin duda, al igual que Voltaire, al Ejército y a la Iglesia reaccionaria.

Lo malo es que fue a él a quien precisamente se acabó aplastando.  Y mucho me temo, por lo que voy viendo, que algo similar va a pasar con el movimiento actual del “escrache”, que puede que en algún momento traspase, indebidamente, sí, la línea de la legalidad, pero que tiene un fundamento de justicia difícilmente discutible.

Ocurre que a los poderosos no se les puede amenazar a la ligera con el “écraser”. Ni siquiera con el más civilizado “escrache”. Suelen reaccionar  francamente mal en todos los casos