Joludi Blog

Mar 31
El Salto.
Cuando yo era niño me intrigaba mucho eso de la “pascua”.
Para empezar, no entendía bien por qué había una pascua en navidades y otra en primavera. ¿En qué quedábamos?
Con el tiempo me enteré que la verdadera “pascua” es la que se celebra...

El Salto.

Cuando yo era niño me intrigaba mucho eso de la “pascua”. 

Para empezar, no entendía bien por qué había una pascua en navidades y otra en primavera. ¿En qué quedábamos? 

Con el tiempo me enteré que la verdadera “pascua” es la que se celebra justamente un día como hoy, el día de Resurrección (voskresienia, llaman los rusos a todos los domingos, no solo a este: resurrección, el día de la resurrección, el día en el que el fuego de la vida, kresite, vuelve a surgir.)

Y esta pascua es una fiesta que en realidad es solo el eco de un ancestral festival pagano para evocar la capacidad que tiene la Naturaleza para renacer de sí misma, año tras año. Por eso el domingo de resurrección es la fiesta móvil por antonomasia, y tiene lugar el primer domingo después de la primera luna llena primaveral. He aquí la razón de esta locura de conejitos de chocolate que aquí en la lluviosa y oscura centroeuropa, donde quizá hace más falta este rito de fertilidad, proliferan hasta el paroxismo. Ocurre que los conejitos no solo sintetizan perfectamente esa idea de fertilidad sino que tienen la delicadeza de reproducirse concienzudamente cada año, justamente por estas mismas fechas pascuales de marzo/abril (por cierto, me entero ayer, en la increíble tienda de Favarger frente al Lago Leman, que Lindt ha intentado sin éxito patentar el conejito de chocolate recubierto de papel de oro…ah, las patentes esa otra obsesión netamente suiza, como el chocolate)

Pero, por otro lado, “pascua” es también palabra correctamente utilizada (sobre todo en los países del sur de Europa) para definir diferentes fiestas cristianas solemnes, no solo el Domingo de Resurrección o la Navidad. 

En los países de tradición cristiana se puede hablar entonces de “pascua” para referirse al día de la Epifanía, al de Pentecostés, al domingo de Ramos…Incluso, en Francia, llaman a veces Pâque al día en el que un niño hace la primera comunión, sea cual sea la época del año en la que tenga lugar.

También me intrigaba la palabra misma, pascua. Me parecía un término misterioso. Me extrañaba que valiese tanto para referirse a los estupendos días navideños como para indicar ese período que a mí me parecía horrible, con las procesiones en las calles y las películas religiosas en la televisión. 

Creo que alguien me dijo que pascua significaba “paso”, “tránsito”, en recuerdo del paso del Mar Rojo por parte de los judíos, huyendo del malvado faraón. Por eso, me decían, se podía utilizar el término para referirse a cualquier acontecimiento clave del año cristiano, tanto si se celebra con cabalgatas como con pasos o procesiones de capirotes.

Nunca me convenció mucho esta explicación. Y en realidad es falsa. Pascua no significa “paso”, ni tránsito ni nada que se le parezca. Pascua significa salto

El origen es el hebreo pessaj, que significa eso, saltar, pasar por alto. En Reyes 1 se utiliza esta raíz hebrea p-s-j, para indicar el “salto al altar”, por ejemplo.  En inglés queda el asunto más claro, porque la Pascua es el “pass over”, pasar por encima, saltarse. Todo está de todos modos bien aclarado por el relato bíblico.

En la Biblia leemos que el angel exterminador, enviado por Yahveh, va casa por casa matando uno por uno a los niños egipcios, pero cuando ve una casa en cuya puerta hay una marca de sangre de cordero, entiende que se trata de una casa de judíos, y se salta ese domicilio sin ejecutar su tarea. Pasa al siguiente, como en el juego de la oca. Pass over, pues. Salto.

El verdadero origen de la palabra pascua es así de siniestro. Ocurre que para los judíos, aquel “salto” del angel exterminador es, sin embargo, el gran acontecimiento histórico a celebrar. Suele pasar. Lo siniestro para unos es maravilloso para otros.

Y ocurre además que la narración evangélica nos sitúa la pasión y muerte de Jesucristo justo el día en el que los judíos se comen tradicionalmente un cordero para conmemorar aquel “pass over” de Egipto (el mismo cordero que habían matado previamente, para untar con su sangre la puerta, de forma que el ángel pudiese identificar la casa judía y saltársela.) Por eso los cristianos celebran en estos días su gran fiesta religiosa, y la llaman también, en curioso homenaje a una tradición estrictamente judía, Pascua.

Pero aún me quedan más misterios respecto a la Pascua. Uno que nunca he conseguido aclarar es el por qué de la expresión “hacer la pascua”, entendida como fastidiar al prójimo. Si la pascua es una fiesta, ¿por qué hacer la pascua es hacer la cusqui? No tengo explicación para esto, y mira que he tratado de documentarme.

Lo único que se me ocurre es adoptar el punto de vista de los millones de corderos que son sacrificados para hacer posible la tradición pascual.

Para ellos, sin la menor duda, que te hagan la pascua es una verdadera faena. Vaya que sí…Y sin la esperanza del salto.


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