Joludi Blog

Ago 31
Una sola opción.
Me han regalado el nuevo volumen-el quinto y último- de la serie que ha dedicado Gary Kasparov a analizar la técnica de sus grandes predecesores, los mejores jugadores de ajedrez de la Historia. Ninguno de esos grandes campeones es...

Una sola opción.

Me han regalado el nuevo volumen-el quinto y último- de la serie que ha dedicado Gary Kasparov a analizar la técnica de sus grandes predecesores, los mejores jugadores de ajedrez de la Historia. Ninguno de esos grandes campeones es para nosotros el mismo después de la prodigiosamente profunda, monumental obra del mejor jugador que jamás ha existido. En este sentido Kasparov da valor a lo que dijo Borges respecto a Kafka, en el sentido de que cada escritor crea a sus predecesores, porque ya no los leemos igual.
Ya he empezado ha asombrarme al leer la introducción del libro (¡y cuántas páginas me quedan!). En esa introducción se lee la clasificación que hace Kasparov de todos los super ajedrecistas que le han precedido.
Kasparov dice que hay tres tipos de jugadores en ese nivel estratosférico de los campeones mundiales. Los que él más admira son los que tuvieron una prodigiosa intuición estratégica, al estilo de Capablanca o Alekhine. Luego estarían los que fueron excelsos en intuición táctica, como Tal o Bronstein. Y finalmente estarían los que no tienen tan prodigiosa intuición como los anteriores, pero compensan esa carencia con una colosal disciplina, conocimiento teórico y metodología. El ejemplo perfecto de este último modelo sería Botwinik. Es curioso que también incluye en el pelotón de los torpes nada menos que a Fischer, a quien, en cierta medida, desprecia, tal vez por ser el único que puede disputarle a él el trono de Zeus en el olimpo popular de los dioses del tablero.
Lo interesante del análisis de Kasparov es el énfasis absoluto en la intuición, o en su carencia, y también el hecho de que estas conclusiones vienen de alguien que ha estudiado y comprendido los secretos del éxito en ajedrez a un nivel y con una profundidad sencillamente inimaginable.
Lo cierto es que la intuición está reclamando cada vez más atención como fenómeno en el campo de la toma de decisiones, del que el ajedrez bien podría ser un modelo operativo de análisis.  Todas las investigaciones parecen indicar que nuestro cerebro se basa en la intuición cuando elige un camino u otro, especialmente en situaciones de mucha presión.
Los bomberos en medio de un incendio, un gran ajedrecista tomando decisiones con apuros de reloj, un jugador de poker, un cirujano…todos ellos no valoran dos o tres opciones antes de actuar. Simplemente ven una sola opción, la que su intuición pone delante de ellos.
Es un mundo fascinante en el que queda mucho por conocer. Están trabajando a fondo en este campo gentes como Mathias Pessiglione, un neurocientífico del Centro para Investigaciones en Neuroimagen, de Paris. Pessiglione está trabajando en particular sobre el papel que ejercen las señales subliminales en la formación de decisiones intuitivas. Es algo por lo visto mucho más importante de lo que pensamos. Y reabre por cierto el debate sobre si la industria de publicidad está actuando sobre nuestras preferencias en una forma de la que no somos conscientes. Yo nunca he creído en eso, pero viendo los resultados de los estudios de Pessiglione, empiezo a pensar lo contrario. No tengo otra opción.