Joludi Blog

Sep 21
¿Por qué el jabón hace pompas?
Es otra de las preguntas típicas de mi hija pequeña. Cuando me las plantea, tras los habituales momentos de perplejidad y desaliento, me revuelvo y trato de buscar una estrategia pedagógica. Mi obsesión no es tanto...

¿Por qué el jabón hace pompas?

Es otra de las preguntas típicas de mi hija pequeña. Cuando me las plantea, tras los habituales momentos de perplejidad y desaliento, me revuelvo y trato de buscar una estrategia pedagógica. Mi obsesión no es tanto explicarle de cabo a rabo el por qué de lo que pregunta (lo que a veces está totalmente fuera de mi alcance intelectual), sino para indicarle que en la mayoría de los casos, es posible atisbar una buena explicación que nos motive para seguir haciéndonos preguntas. Porque es propio de las buenas respuestas el suscitar ulteriores preguntas. No hay que comprenderlo todo, pero hay que saber que casi todo se puede alcanzar a comprender.
En el caso de las pompas, afortunadamente le puedo explicar a mi hija, y puedo hacer que lo comprenda, que la clave del enigma es la estructura asimétrica de las moléculas del jabón.
La molécula del jabón con el que nos lavamos, está compuesta de una cadena de átomos de hidrógeno y carbono que ocupa toda la parte central.  En un extremo de esta molécula hay un trío de átomos de hidrógeno unido a un átomo solitario de carbono, que a su vez está unido al resto de la molécula. Este extremo es absolutamente insociable. No se habla con el agua, no se disuelve en ella. En cambio en el otro extremo de la molécula, tenemos un grupito muy simpático en el que aparece el oxígeno y el sodio, dos de los grandes “promiscuos” de la naturaleza. Lo que vemos en este extremo es que el átomo de carbono solitario que está unido al resto de la molécula enlaza no con un trío de átomos de hidrógeno, sino con dos átomos de oxígeno, uno de los cuales está a su vez enlazado con un átomo de sodio. Este grupito es un verdadero relaciones públicas. En cuanto se cruza con una molécula de agua, se une a ella. Sin más.
Esta asimetría de la molécula de jabón que por un lado es sociable y por otro no, tiene propiedades fascinantes. Al juntarse con el agua, las moléculas de jabón se unen firmemente a ella por el extremo sociable y quedan sueltas por el insociable. Este comportamiento tan raro, en una molécula tan larga, es el responsable de que el jabón forme en algunos casos las bonitas pompas, que son casos en los que todas las moléculas de jabón se han unido (disuelto) con el agua “por debajo”, y permanecen con su propia identidad “por arriba”, algo parecido al trigal que recubre el bancal : las espigas están firmemente insertadas en la tierra por abajo y pueden moverse merced al viento por arriba.
Sí. Gracias a esta forma asimétrica de relacionarse, el jabón forma en ocasiones “películas” sobre el agua, es decir, zonas en las que la conexión de las moléculas del jabón con el agua sólo se produce “por abajo” sin que queden moléculas de agua por el lado de arriba . Y lo mejor es que estas películas son elásticas, pues si el viento o el movimiento del agua las trata de hacer mayores, no hay problema, las moléculas de jabón que están abajo suben a la superficie junto a sus compañeras en cuanto quedan huecos libres, y así hacen posible el estiramiento de la película.
Una película elástica, como la que acabo de describir, junto con un poco de agitación, es todo lo que necesitamos para hacer pompas.
Por lo tanto, la respuesta a la pregunta del título es simple: el jabón hace pompas porque su molécula es divertidamente asimétrica…