Joludi Blog

Mayo 26

La Mosca.

Ayer encontré otro magnífico ejemplar de musca depicta. Esta vez la cacé en un pequeño óleo de Brueghel el Viejo, Guirnalda con la Virgen, el Niño y dos Angeles, ya se sabe, uno de esos cuadros devoción pintados a instancias de la realeza española para hacerle la puñeta a los protestantes, tan descreídos de la Vírgen y de los ángeles. Son cuadros que presentan a María como jardín místico, como el “hortus conclusus, fons signatus”, el huerto tapiado, la fuente escondida del Cantar de los Cantares…

Me costó encontrar el díptero en ese barroquismo de ars topiaria, porque el óleo que el maestro flamenco pintó sobre lámina de bronce es muy pequeño, apenas 48 centímetros de alto.

La mosca, que tal como he comprobado no figura (¡albricias!) en la relación de André Chastel, fue pintada por Brueghel sobre la camelia blanca más próxima al ángel que cubre el flanco derecho de la virgen. Aunque es minúscula, tiene un detalle portentoso. Y, más aún, premio doble, un poco más arriba atisbé, sobre la flor amarilla, otro insecto, aún más pequeño. Yo diría que es un coleóptero. Me pareció una pequeña tijereta…Y aún creí ver más criaturas en el cuadro. Pero los detallaré en otro momento. El caso es que salí del Prado feliz, al atardecer del delicioso sábado primaveral. Siempre salgo feliz del Prado.