Joludi Blog

Sep 28
El pueblo más paciente del mundo.
Se dice que no hay nadie más paciente que un indio aymará, como los que viven en las montañas y altiplanos de Bolivia, Chile y Perú. La explicación nos lleva a una interesante reflexión lingúística, y en última...

El pueblo más paciente del mundo.

Se dice que no hay nadie más paciente que un indio aymará, como los que viven en las montañas y altiplanos de Bolivia, Chile y Perú. La explicación nos lleva a una interesante reflexión lingúística, y en última instancia, antropológica.
El lenguaje que habla esta fascinante etnia aymara parece sugerirnos una concepción del tiempo totalmente singular. Usan la palabra “delante” (nayra) para referirse a algo que ha ocurrido en el pasado. Y usan la palabra “detrás” para significar algo que se supone está esperando en el futuro. Por ejemplo, “nayra mara” (año que está delante), significa “el año pasado”.
Destacados psicólogos y lingüistas han estudiado mucho esta sorprendente anomalía. Todos los seres humanos (también los aymará, por supuesto) caminamos hacia delante; tenemos los ojos delante de la cara; miramos al frente…Parece una cosa completamente absurda que no veamos el futuro “delante” y el pasado “detrás”.
Pero entre los aymará ocurre que la obsesión por el pasado y el culto a los ancestros es tan importante, que la percepción del tiempo y su metáfora espacial se ve alterada. En la concepción aymará del mundo, es el pasado lo único que tenemos ante nosotros. Lo único que nos es dado mirar. El futuro es oscuro, incierto, incognoscible. No es posible para un aymará concebir la idea de que caminemos hacia algo que no ha tenido lugar.  Viven mirando al presente y pasado. El futuro para ellos es algo inexistente. Por eso se dice que son el pueblo más paciente del planeta.
Es lógico que los conquistadores españoles se extrañasen profundamente al comprobar esa infinita paciencia y aparente pasividad de estos indios. Para los europeos, era totalmente incomprensible esta noción invertida del tiempo y su metáfora espacial.
Pero ese es el secreto de la legendaria paciencia aymará. Simplemente no les inquieta lo mucho que parece tardar el futuro en llegar. Porque para ellos, el futuro no existe. No piensan en él. Toda una lección