Joludi Blog

Sep 30
Nadie olvida a un buen maestro.
Hace unos años vi en Inglaterra una excelente campaña publicitaria para promover la importancia social de los educadores.
El spot era soberbio. Con un planteamiento intrigante. Veíamos a diferentes personajes famosos...

Nadie olvida a un buen maestro.

Hace unos años vi en Inglaterra una excelente campaña publicitaria para promover la importancia social de los educadores.

El spot era soberbio. Con un planteamiento intrigante. Veíamos a diferentes personajes famosos de la vida británica (entre ellos Tony Blair) en sus diferentes ambientes. Miraban a cámara y sólo decían una palabra cada uno: “Mr. Thomas”, “Mr. Hawkthorn”, “Mr. Jones”…Y así sucesivamente. Muy misterioso.

Al final del spot descubríamos que esos grandes hombres y mujeres estaban refiriéndose a sus maestros. El slogan de la campaña decía  “nadie olvida a un buen maestro”. Emocionante. Y extremadamente eficaz para promover las vocaciones hacia la enseñanza, cuya escasez constituye un enorme problema en estos momentos. Una pieza comunicacional magistral, nunca mejor dicho. Y muy bien producida.

En contraste con aquella magnífica creación publicitaria de 1998, me llama la atención estos días en las calles de Madrid una marquesina en la que se ve que los estrategas publicitarios han tenido la ocurrencia de utilizar un personaje de Star Wars para intentar realzar la imagen de los maestros. Es pasmoso. ¿No se les ha ocurrido otra cosa más creible, sustancial y convincente para ensalzar la importancia de la educación y la cultura que recurrir a un personaje ficticio de la Guerra de las Galaxias? ¿No es nítidamente contradictorio recurrir a un personaje de tebeo (aunque sea tebeo audiovisual), para transmitir la relevancia de la enseñanza y la formación?

Y encima, leo una pequeña línea de texto en la parte inferior de la marquesina y me entero de que los promotores de este fistro de campaña han tenido que pagar derechos al Imperio Lucas. Hay que fastidiarse.