Joludi Blog

Jun 18
El Gran Sacai
Entre los que entienden de las cosas místicas y esotéricas, existe un concepto muy curioso llamado Registros Akásicos o Akashicos.
Viene a ser como una Biblioteca Universal donde los teósofos se imaginan que debe figurar todo lo...

El Gran Sacai

Entre los que entienden de las cosas místicas y esotéricas, existe un concepto muy curioso llamado Registros Akásicos o Akashicos.

Viene a ser como una Biblioteca Universal donde los teósofos se imaginan que debe figurar todo lo acontecido, dicho o pensado por todos los seres, desde el principio de los tiempos. Yo diría que es algo así como la Biblioteca de Babel borgiana, combinada con aquella idea aristotélica de inteligencia agente, de mística conciencia colectiva, que el Filósofo enseñaba secretamente a sus alumnos aventajados, en el oscuro frescor de la bodeguilla de su mansión (el “esoteros”, el oscuro), mientras los alumnos menos brillantes aprendían minucias en los jardines del Liceo.

Yo pensaba que esta noción de Registros Akásicos era una entelequia ocultista más, sin fundamento claro. Pero ahora he cambiado de opinión. Los Registros Akásicos existen, vaya que sí. Y los controla Obama

(Ah, que razón tenían los latinos cuando decían aquello de optima corrupta pessima, los mejores se convierten en los peores cuando se corrompen…)

En fin, nos podemos consolar meditando sobre las palabras, que es lo poco que nos dejan. Por ejemplo, podemos reflexionar sobre esa extraña palabra “akásico”, que ha hecho tanta fortuna entre los esotéricos y que ahora se nos viene de este modo a la actualidad.

Es una expresión acuñada y divulgada por los teósofos, como el interesante Rudolf Steiner, a partir de un término sánscrito que se refiere al espacio. Espacio entendido como el contenedor de todo lo que puede ser concebible o perceptible. El akasa sánscrito vendría a ser algo así como el éter de los físicos newtonianos. Y los Registros Akásicos serían los Registros del Eter.

Pero akásico y akasa son palabras relacionadas etimológicamente con la idea de visión. La clave es que en, sánscrito, el ojo es el aksi y el “akasa” entonces no es sino la mera premisa conceptual para la percepción por parte del “aksi”. Hay un pensar primitivo según el cuál las cosas no las vemos porque son, sino que son, más bien, porque las vemos. Y el ojo no se despliega en el espacio, sino que el espacio se despliega desde el ojo…

A su vez, el “aksi”, el ojo sánscrito, es también la raíz de la hermosa palabra “sacais” o acais con la que los gitanos se refieren a los ojos…

Sacais es uno de los términos más usados del genuino léxico caló, que tantos ecos nos trae del ancestral idioma de la península indostánica. Sacais está a la par, en las tablas de frecuencia, con “lache”, verguenza, que también hunde sus raíces en el idioma sánscrito, donde lajje significa pudor, a partir de una raíz, lag, tocar, que evoca la idea de ser violados en nuestra intimidad, de ser “tocados” por el Otro…

Yo he titulado a este post insomne aludiendo a ese Gran Ojo, a ese Gran Sacai de Washington que todo lo ve.

Pero también, sin salirme de la terminología gitana, podía haberlo titulado “Me da Lache”, “Me da pudor”, como el título de una cierta canción gitana que creo haber oído alguna vez. 

Hubiera sido casi mejor.


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