La alcaldesa y el coche oficial.
Anoche, antes de comenzar a disfrutar de la tercera entrega de la trilogía de Linklater, tan fascinante como las anteriores, vemos en el cine un anuncio de Coca Cola (creo), apoyando a los políticos…(ya no saben qué inventar). Ponen cuatro o cinco ejemplos de “héroes locales”, entre ellos una alcaldesa que ha renunciado a su coche oficial para ahorrar costes. Marta, mientras devora su pop corn, me pregunta si esos políticos son de verdad. Le digo, susurrando y robándole alguna de sus palomitas, que sí, que también hay gente decente por ahí, aunque los creativos de Coca Cola hayan tenido que buscarla como Diógenes, con linterna…
Y seguidamente nos ponemos a disfrutar de la película y sus planos-secuencia interminables, qué cosa portentosa… Salimos felices del cine.
Pero esta mañana, mientras desayuno, leo en El País que a esa alcaldesa del spot de Coca Cola la han pillado con el coche oficial que se supone había abandonado generosamente…
¿Qué le digo a Marta cuando despierte? Mejor no le digo nada.
