Joludi Blog

Abr 27
Coraza.
Zeffirelli decía de Antonioni que era una mosca intentando salir por una ventana y estrellándose contra el cristal. Ralph W. Emerson manifestaba que no era capaz de comprender la estima hacia las novelas de Jane Austen, que le parecían...

Coraza.

Zeffirelli decía de Antonioni que era una mosca intentando salir por una ventana y estrellándose contra el cristal. Ralph W. Emerson manifestaba que no era capaz de comprender la estima hacia las novelas de Jane Austen, que le parecían vulgares tonterías, centradas en la obsesión por el matrimonio. Ruskin afirmaba que Beethoven sonaba como una trasiego de maletas llenas de clavos. Ravel decía que Berlioz componía como un chimpancé borracho. Bernard Shaw estaba convencido de que había sacrificios que no debían pedirse a un hombre, y uno de ellos era escuchar el requiem de Brahms. El Greco se empeñaba en afirmar que Miguel Angel era un buen hombre, pero que no sabía cómo se pintaba. John Quincy Adams decía que la poesía de Byron no tenía armonía, que sus pensamientos eran afectados, sus sentimientos poco amables, y su misantropía totalmente pesimista. Lope de Vega aseguraba que no había escritor tan malo como Cervantes. Montaigne pensaba que Cicerón no era nada sino viento. Nietzsche sostenía que Dante era una hiena que escribió poesía sobre las tumbas. D.H. Lawrence afirmaba que las novelas de Dostoievsky eran falso arte. Chesterton decía que Dickens es un ejemplo de lo que sucede cuando un autor tiene el mismo mal gusto que su público. Pío Baroja pensaba que las obras de Flaubert eran esencialmente fastidiosas. George Orwell calificaba a Kipling como moralmente insensible y estéticamente desagradable. Baudelaire decía que con Manet comenzaba la decadencia de la pintura (a su vez Manet, exigía a Renoir que dejase por favor de pintar, por no tener talento). Para Gerald Brenan, Henry Miller no era sino un charlatán al que le habían dado una mecanógrafa. Monet era para Degas un simplemente experto decorador. Tiziano pensaba que Tintoretto nunca sería sino un pintor de brocha gorda. Y Renoir decía que Leonardo da Vinci le aburría y que debía haberse clavado en sus aparatos voladores…
Si aspiras a ser creativo, debes seguir la filosofía del Tigre (es decir, del tanque Tiger). Quiero decir que debes estar acorazado con grueso acero frente a las críticas. Aunque vengan de gente muy importante. En lo relativo a tu creación, el único importante eres tú. La crítica que cuenta es la que te hagas tú mismo. No es verdad, pero hay que jugar a que lo sea.