Joludi Blog

Abr 29
Cola Lliure.
En un supermercado de San Feliú de Llobregat me topé con esta botella. Se trata de un refresco denominado “Alter Cola”, y posicionado como “la Cola Catalana”, y “la Cola Lliure” (cola libre), tal como reza la sencilla etiqueta.
Es un...

Cola Lliure.

En un supermercado de San Feliú de Llobregat me topé con esta botella. Se trata de un refresco denominado “Alter Cola”, y posicionado como “la Cola Catalana”, y “la Cola Lliure” (cola libre), tal como reza la sencilla etiqueta.

Es un producto que se lanzó allá por 2005 o un poco antes. Consiguió bastante notoriedad en los medios. Y luego se ha seguido vendiendo poco a poco, sin alharacas, ganando distribución paulatinamente en el norte de Cataluña.

Hay centenares de marcas de cola en el mundo que se han lanzado bajo el paraguas oportuno de un posicionamiento político o algún tipo de guiño ideológico. Es lo que tiene la cola. Podemos mencionar Alef Cola, en Israel, que es un refresco estrictamente “kosher” , Zam Zam Cola, que es muy popular en Iran y otros países árabes, donde los productos USA lo tienen muy difícil. O por supuesto la legendaria Inka Cola, de Perú, cuyo éxito fue tan grande que ha obligado a Coca Cola a comprar la marca. A precio de oro, pues la marca de Atlanta se gastó un Perú en este extraño refresco del color del mineral de Potosí.

Lo curioso es que, aunque no es sabido, Alter Cola es una cola estrictamente fabricada en Francia y propiedad de una empresa francesa fundada hace más un siglo por un alemán, un tal Koenig.

Lo irónico además, es que el sitio donde los descendientes del alemán fabrican ahora esta “cola catalana”; la “cola libre” como se autodenomina, es justamente Argèles Sur Mer, es decir, el lugar de la atroz y colosal cárcel al aire libre que los franceses reservaron para decenas de miles de catalanes que huían del terror franquista en 1939. El escenario de uno de los comportamientos más viles e inhumanos de aquellos tristes tiempos.

Una ironía del destino, pues, que resulta muy bromista. ¡Cola catalana en Argèles! Supongo que quedará alguno de aquellos pobres hombres y mujeres hacinados en las enormes playas de Argèles sur Mer que se sorprenderá de esta iniciativa venida de aquel lugar de tan triste recuerdo. Si prueba la cola, quizá no le sepa bien.

No he degustado yo todavía el mejunje. Lo haré, porque me ha costado una pasta. 97 céntimos, si no me equivoco, la botellita de 330 ml. Esto significa que la cola libre vale 2,93 euros por litro de agua azucarada, a precio de supermercado.

¿Es cara la “cola libre”? Pues sí. Pero es que la libertad siempre tiene un precio…¿qué te creías?


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