Joludi Blog

Oct 27
Borrar recuerdos.
A mis hijas les encantan las películas de Jim Carrey. Sobre todo “Como Dios” y una secuela reciente de la misma, de cuyo nombre no consigo acordarme. Se ríen hasta la apoplejía con los gags de Carrey. Y debo confesar que yo...

Borrar recuerdos.

A mis hijas les encantan las películas de Jim Carrey. Sobre todo “Como Dios” y una secuela reciente de la misma, de cuyo nombre no consigo acordarme. Se ríen hasta la apoplejía con los gags de Carrey. Y debo confesar que yo también.
Pero curiosamente, este “caricato”, como decía mi abuelo para referirse con cierto desprecio a los actores del cine cómico, también ha hecho películas muy interesantes, que invitan a la reflexión. No entiendo por qué no se habla más de ellas.
Un ejemplo es, claro está, el Show de Truman. Pero hay otro film de Carrey mucho menos divulgado en España que también tiene un alcance muy notable. Se trata de “Olvídate de Mí”.
En esta cinta, Carrey y Kate Winslet interpretan a una pareja que se separa. Ella decide someterse a un tratamiento médico orientado a borrar cualquier traza de su relación. Hay un momento memorable en la película en la que un desconsolado Carrey (Joel) recibe la noticia de que Winslet, su Clementina, por fin le ha borrado por completo de su cerebro. Desesperado, Carrey busca al mismo doctor para que le borre a él también sus recuerdos. Pero su memoria se le resiste. Está claro que ni siquiera la más avanzada ciencia médica puede quitarle a Clementine de su cabeza. Es uno de los guiones más deliciosamente románticos que recuerdo.
Pero ahora, parece que esto de borrar recuerdos a voluntad va camino de convertirse en una realidad. Un grupo de investigadores del Medical College of Georgia, en colaboración con otro equipo del Shanghai Institute of Brain Functional Genomics, ha confirmado que han conseguido borrar los recuerdos de un ratón.
El secreto es la manipulación de una enzima. Y en pura teoría, nada impide que se pudiese hacer lo mismo con los seres humanos.
Así que quizá haya que esperar un poco. Pero la gente que tiene problemas para olvidar, tal vez encuentre la solución definitiva. Una cosa estupenda, sin duda.
Aunque, como nos sugería la película de Carrey, y como también intuía Quevedo, no funcionará en todos los casos. Tal vez haya fuegos que ardan eternamente…