Tuc Tuc
Me encantan los tuc-tucs. Son un medio de transporte perfectamente adaptado a su entorno. Baratos, ágiles, polivalentes, prácticos, austeros, prácticamente irrompibles, de mantenimiento sencillísimo, transportan hasta cuatro viajeros.. Los tuc tuc que se ven en Ceylan son en su inmensa mayoría de la marca Bajaj, una empresa pública de la India (pero el agente en la isla es una empresa inglesa, aquí siempre aparece un nombre inglés detrás de los grandes negocios, como la cadena de hoteles en la que voy parando, cuya matriz, John Keells controla el 15% de la Bolsa de Colombo). Pueden comprarse, nuevos y flamantes, por unos 3.000 dólares. Pero en el mercado usado se consiguen por la tercera parte o menos de esa cifra. El nombre de tuc tuc, que es ya universal, se deriva del sonido sincopado de los motores bicilíndricos. Paradójicamente, en Sri Lanka no hay ya tuc tucs con motores de este tipo, pues el gobierno los prohibió. Ahora tienen siempre cuatro cilindros, por lo que son potentes y muy veloces. Un viaje en estos vehículos no suele costar más del equivalente a un dólar o dos como mucho, a no ser que te pases la tarde circulando. Y tienen una gran ventaja estos taxis orientales: el conductor no te calienta la cabeza explicándote cómo arreglar en 24 horas los problemas de España o lo sinverguenzas que son todos los políticos sin excepción; el conductor del tuc tuc se limita a llevarte de un lado a otro de un modo eficiente, rápido y barato.
