Rayos
Por extraño que parezca, el mecanismo físico de los rayos no está todavía bien explicado. Los científicos no comprenden cómo se puede desencadenar esa enorme cantidad de energía a partir de la relativamente pequeña carga eléctrica de las nubes. Ahora (Alexander Gurevich) se abre camino una explicación, un tanto heterodoxa y aún discutida, que recurre a los rayos cósmicos, los cuales actuarían como coadyuvante necesario para la formación de estos fenómenos eléctricos, ionizando el aire al contacto con las nubes y creando una región saturada de electrones libres. Electrones que a su vez colisionarían con los átomos del aire y crearían aún más electrones libres, en una especie de reacción en cadena que produce una gran cantidad de partículas cargadas negativamente, a partir de las cuales se desencadenaría la chispa que genera el rayo…
Es decir, que miles de años después de Hesíodo, seguimos atribuyendo el rayo y el trueno a misteriosas potencias celestes; en cierto modo al mismo Zeus Tonante de los griegos. A Zeus, sí, el dios celestial por antonomasia, el Jupiter romano, el dyeuspter o cielo-padre de los griegos y el dyauspita de los hindúes, el Señor del dyaus, es decir, del firmamento, de lo que brilla como el día.
