Joludi Blog

Nov 28
Mi solución a la crisis. Un simple spray.
En el año 2005, un estudio publicado por la Revista Nature y realizado por investigadores de la Universidad de Zurich, demostraba que el olor a oxitocina difundido en una oficina bancaria impulsaba a las...

Mi solución a la crisis. Un simple spray.

En el año 2005, un estudio publicado por la Revista Nature y realizado por investigadores de la Universidad de Zurich, demostraba que el olor a oxitocina difundido en una oficina bancaria impulsaba a las personas a confiar su dinero a la entidad.
La oxitocina es esa hormona natural que se produce en nuestro hipotálamo. En los años 80 se fue descubriendo que esta sustancia (bien conocida por su papel en relación con las contracciones de las parturientas), tenía también una importancia enorme en nuestro comportamiento social.
El experimento de la Universidad de Zurich sugiere que la clave es la capacidad que tiene la oxitocina de estimular nuestra confianza en los demás.
Pero, si lo miras bien, la confianza en los demás es justamente el fragil pilar de todo nuestro sistema económico y social.
Nuestra actual crisis económica es ante todo una crisis fiduciaria, una crisis de “fiducia” (que viene de “fé”), una crisis de confianza. La gente, las empresas, las instituciones…han dejado de creer que “el otro” pueda realmente cumplir algún día con sus deudas, finalizar su pago (“finalizar”, de aquí “finanza”). Y cuando no existe la garantía de que las deudas puedan ser pagadas, todo el sistema social se desmorona. Nuestra vida colectiva y hasta personal se apoya en la trascendencia y sacralidad del concepto de deuda. Cuando se reza el Padre Nuestro, lo primero que se le pide a Dios es que tome conciencia de lo gravosas que son nuestras “deudas” y que nos ayude a sobrellevarlas. En arameo, de hecho, se usa una misma palabra para “deuda” y para “pecado”. No cabe duda de que la civilización y la conciencia giran en torno a la “deuda”, que es lo que ahora está en crisis.
Por lo tanto, habida cuenta de la importancia de la confianza y el papel de la noción de “deuda”, yo sugiero, como medida anticrisis, que Zapatero encargue al Ministerio de Industria la producción de cientos de miles de sprays cargados de oxitocina. Luego, se puede pedir a los vigilantes de la ORA que difundan pacientemente esa sustancia por todos los lugares imaginables, con especial énfasis en bancos e instituciones financieras.
Si todo sale como yo espero, la gente, debidamente impregnada con oxitocina, recuperará pronto la confianza en el prójimo. El dinero benefactor comenzará de nuevo a circular, fertilizando cuanto toque. Los nuevos negocios progresarán. Los empresarios recuperarán a los trabajadores despedidos. La vida económica despertará de nuevo.
Así que si un día de estos sientes un olor extraño cuando estés en la cola del banco para cobrar el paro, no te preocupes.  Significará que el gobierno ha seguido mis consejos. Y será el signo de que las cosas se van a arreglar.
Pero mantente alerta, pese a todo. Trata de no aspirar profundamente. De lo contrario, quizá una fuerza irresistible te lleve a invertir el dinero que recibes en algún oscuro fondo de inversión basura. Y, mejor no tentar al diablo. La química hormonal también tiene sus limitaciones.