Joludi Blog

Oct 13
La sonrisa agónica.
Hace unos días escribí sobre Chris Horner, ese admirable ciclista vencedor de la última Vuelta que, extrañamente, corre siempre con una sonrisa en el rostro. Sonríe incluso subiendo el Angliru…que ya es sonreir.
Hoy he sabido que...

La sonrisa agónica.

Hace unos días escribí sobre Chris Horner, ese admirable ciclista vencedor de la última Vuelta que, extrañamente, corre siempre con una sonrisa en el rostro. Sonríe incluso subiendo el Angliru…que ya es sonreir.

Hoy he sabido que hay una razón “técnica” para esa sonrisa eterna. 

Los expertos aconsejan a los ciclistas profesionales que relajen el rostro, que se esfuercen por sonreir incluso en medio de un esfuerzo titánico. Nada de muecas agónicas o expresiones de dolor.

Hay dos explicaciones para este consejo. 

Una es muy clara. Poniendo mala cara, manteniendo tensos los músculos del rostro se pierde una valiosa energía que hace mucha falta para las piernas y se tiende además a perder el ritmo respiratorio que es esencial para la oxigenación de los músculos. 

Otra razón es más sutil. Hay una especie de biofeedback que se deriva de los gestos de dolor o patetismo. Si tenemos cara de sufrimiento, sufrimos. Sufrimos más, vale decir. Una expresión relajada y, preferiblemente, sonriente, tiende a aliviar nuestra percepción del dolor o el esfuerzo; nos ayuda a interpretar ambas cosas positivamente, como un dolor y un esfuerzo, “buenos”…

Creo que es una sabia lección que el ciclismo da a la vida. No va nada bien que vayamos por el mundo con una mueca de sacrificio. Es mejor, en todos los sentidos la sonrisa. Incluso subiendo una pendiente del 12%…Ahorramos energía. Y nos pesan menos las piernas.


  1. joludi ha publicado esto