
Brain Trainer.
Hay tres razones por las que el Brain Trainer del Dr. Kawajima merece el premio a la idea más perversamente brillante de márketing de la década. Una idea basada en algo totalmente falso, por supuesto, pues toda clase de estudios han probado que practicar el Brain Trainer solo mejora la capacidad para…seguir practicando con el Brain Trainer.
Primera razón: los creadores no hablan de cociente intelectual sino de juventud intelectual. Nadie se puede sentir ofendido por tener el cerebro un poco más viejo de lo normal. Sobre todo si el cacharro le garantiza que puede rejuvenecerlo. Por lo tanto nadie puede tener miedo a practicar con el brain trainer.
Segunda razón: el sistema vende juventud; nada puede ser más valioso. La juventud es siempre buena. Para cualquiera. La pura capacidad intelectual podría ser ya más discutible. Además, vendiendo juventud, el jueguito apela a todo un segmento de mercado que hasta ahora era totalmente ajeno a los videojuegos. Estamos ante el Santo Grial del márketing, ante el llamado Axioma de Disney: si gusta a los niños y a los maduros, el éxito está garantizado.
Tercera razón: Si el Brain Trainer hablase de cociente intelectual, se podría probar fácilmente su falsedad. Bastaría hacer pruebas objetivas para comprobar que no mejora en absoluto el rendimiento intelectual. Al hablar del acientífico concepto de juventud cerebral, los creadores se sitúan en un ámbito irrefutable. No por cierto, sino por indecidible.
Olé tu talento, Kawajima. Por mi parte, seguiré jugando al ajedrez y no a esa solitaria bobada falazmente psicotécnica. Y por supuesto, el ajedrez tan solo mejorará mi capacidad intelectual…¡para jugar al ajedrez! Pero es mucho más divertido. Y se juega a dos.