
Tristeza y progreso.
La tristeza no siempre es algo de lo que haya que huir a toda costa. Quizá la Naturaleza y el desarrollo humano tengan algo que decir al respecto. Parece bastante probable que un cierto grado de tristeza está muy relacionado con la creatividad y la iniciativa, en sentido positivo. En el volumen 34 del Psychology Bulletin publican un trabajo en el que se explica que un cierto grado de tristeza es lo que desencadena usualmente procesos subconscientes necesarios para el pensamiento creativo. En otro estudio reciente se sugiere que un nivel permanente de felicidad puede obstaculizar mucho más de lo que imaginábamos los impulsos hacia el cambio y la mejora (lo cual por otra parte parece de perogrullo). Si todo ésto es así, sobrecoge sospechar que tal vez haya que optar entre la dicha y el progreso. ¿Y si resulta que el origen de la crisis está en los antidepresivos?