
Apocalipsis tomorrow.
Anton Zeilinger es el Director del Instituto de Información Cuántica de Viena, y miembro de la Academia de Ciencias de Austria. Está convencido de que no tardará en llegar el día en que todos los circuitos de los infinitos cacharros de los que nos hemos rodeado en las últimas décadas se inutilicen de golpe como consecuencia de un gigantesco impulso electromagnético (EMP) que afectará a la totalidad de nuestro planeta. El origen de ese impulso puede estar relacionado con la actividad de la corona solar (como ocurrió en Canadá en 1999, cuando un terrible apagón general se relacionó con las explosiones de plasma del sol) o bien puede derivarse de la actividad del ser humano en materia de energía o armamento nuclear. Pero Zeilinger está seguro de que tarde o temprano, el gran “impulso” ocurrirá. Y cuando ocurra, Zeilinger cree que se producirá un apocalipsis en todos los sistemas que regulan la vida en la Tierra, los cuales son ya totalmente dependientes del infinito laberinto de los chips. Los teléfonos dejaran de funcionar. Los coches no arrancarán. Los supermercados no recibirán alimentos. Los transportes se paralizarán. No habrá agua. Ni electricidad. Nada.
Zeilinger dice que los gobiernos, salvo excepciones, están ignorando olímpicamente este peligro cierto.