Joludi Blog

Ene 22
Boomerangs a la Navarra.
Uno de los grandes misterios de mi infancia era el boomerang. Con cierto esfuerzo me podía llegar a creer aquella historia de que, lanzado de una determinada manera, volvía a su punto de partida. Bueno, vale, tal vez. Pero...

Boomerangs a la Navarra.

Uno de los grandes misterios de mi infancia era el boomerang. Con cierto esfuerzo me podía llegar a creer aquella historia de que, lanzado de una determinada manera, volvía a su punto de partida. Bueno, vale, tal vez. Pero ¿cómo aceptar que esa minucia se utilizaba para cazar? No se traga nadie que una maderita como esas, dando vueltas y vueltas por el aire, se pueda cargar del golpe a un venado o un canguro situado a docenas de metros. Ni cosquillas.
Con el tiempo he resuelto el enigma. Los bumeranes no se utilizaban para desnucar grandes marsupiales, ni muchísimo menos. La idea era simplemente imitar el vuelo de los halcones para conseguir que las aves entrasen en las redes colocadas en los árboles.
Esto es exactamente lo mismo que, desde tiempo inmemorial se hace en Etxalar, en Navarra, donde cada Otoño cazan torcaces de este modo. Los “boomerang” navarros son más bien parecidos a paletas de ping pong, pero en esencia son lo mismo. Se lanzan al aire para hacer que las aves los confundan con halcones y se precipiten sobre las mallas.