Joludi Blog

Ene 24
El electrón baila.
La Función de Riemann cumple este año el 150 aniversario de su formulación. Aunque no creo que se vaya a hablar tanto de ella como de otros aniversarios notables de este año (Darwin, Galileo, Poe…) es obvio que representa otro...

El electrón baila.

La Función de Riemann cumple este año el 150 aniversario de su formulación. Aunque no  creo que se vaya a hablar tanto de ella como de otros aniversarios notables de este año (Darwin, Galileo, Poe…) es obvio que representa otro monumento fascinante del pensamiento humano. 
La Hipótesis que Riemann expresaba con su famosa Función-aún no probada de manera generalizada, pero que tiene toda la pinta de tener validez absoluta y universal- establece una cierta y sorprendente pauta en la distribución de los números primos. En este sentido, el modelo de Riemann parece establecer una extrañísima correlación entre el reparto de los primos y las leyes de la música. Es como si los números primos se dispusieran conforme a reglas del solfeo, por decirlo así. Con ello, se produce una fascinante conexión entre el mundo de la realidad y el de las matemáticas, confirmando de algún modo las creencias místicas, más bien religiosas, de los primeros Pitagóricos y sus reflexiones en torno a las arpas y la longitud de sus cuerdas.
Por su parte, Polya y Hilbert también hallaron otras relaciones no menos misteriosas entre la física y los números complejos. Y el gran Alain Connes profundizó en las ideas de estos últimos con la creación del algoritmo llamado “Hamiltoniano de Connes” que relaciona la vibración de las partículas con los números reales sobre el eje complejo.
Pues ahora se ha dado otro paso no menos sorprendente en la misma línea. Y quizá aún más chocante. Bernard Julia, el director de Investigación del CNRS ha explicado un nuevo modelo que parece relacionar los estados del electrón con los ceros o raíces de la Función de Riemann.
El electrón baila, pues. Baila la danza de los números primos.
Mi impresión es que todo lo que se estudia en torno a la Hipótesis Riemann está conduciendo al hombre a una dimensión de la realidad sumamente misteriosa de la que algún día emergerán consecuencias que ni siquiera ahora nos atrevemos a concebir.