Joludi Blog

Feb 23

Historia.

Cámara en mano, ante la espléndida fábrica de San Pedro de la Nave, entablo conversación con un paisano amigable que se baja del tractor y me anima a hacer buenas fotos de esa joya visigótica del siglo VII que tanto honra a su aldea. Le digo que sí, que es una iglesia preciosa, pero que no estaba aquí, que lo que vemos es una reconstrucción de la iglesia original, la cuál se levantaba en otro lugar bien distinto, de dónde se trajo el templo piedra a piedra, para salvarla del pantano. Y le digo también que la reconstrucción, por cierto, fue bastante (o más bien demasiado) imaginativa. Que muy poco tiene que ver lo que vemos…El paisano se lo toma personalmente e insiste en que también pertenecía a su pueblo la iglesia en su enclave original, unos kilómetros más abajo y que la iglesia original era igual, igual que esta…(pero yo dudo mucho que mi interlocutor haya visto fotos de la iglesia original, que fue desmontada sin duda antes de que el naciese).

Esta iglesia es todo un símbolo de cómo se cocinan las cosas de la Historia a gusto del consumidor. Verdaderamente tiene poco que ver lo que vemos con lo que en un día fue. Y esto es algo que ocurre en todos los ámbitos. La catedral de Burgos está reconstruida en su mayor parte a partir del siglo XVI. El Barrio Gótico de Barcelona es una re-creación tan artificial y prácticamente tan reciente como el famoso Pueblo Español de Montjuich. El Greco jamás habitó en la casa del Greco, que ni siquiera estaba construida cuando el pintor vivió en Toledo. Y la Alhambra actual, ay, tiene poco que ver con lo que era en el siglo XV y es más bien el resultado de innumerables e imaginativas restauraciones, a lo largo de quinientos años. Y así todo.

El falseamiento, con o sin buena voluntad, del pasado monumental es un reflejo perfecto de la falta de credibilidad de eso que llamamos Historia, esa amena variedad de la propaganda política, que ha estado y está al servicio de los intereses políticos desde Tucídides hasta Menéndez Pidal, pasando por el tramposo obispo Ximénez de Rada.

Me quedo pensando en todo esto mientras contemplo las viejas piedras de San Pedro de la Nave (que en realidad ni siquiera se llamaba así, pues esa nave era más bien una nava o vega), en donde se quiere ver una reliquia de la España Visigótica, soslayando cuestiones tan discutibles como la misma existencia de ese misterioso y pequeño grupo social visigodo que se supone ocupó la península viniendo de no se dónde, o que se pueda hablar en propiedad de España, allá por las tinieblas históricas del primer milenio.

La Historia es, en su mayor parte, pura literatura política por entregas. El acta falseads de un poder que se afianza en un pretérito imaginario fabulado y filtrado a la medida de los intereses políticos de cada momento.

Alguien dijo que los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla. Yo discrepo. Creo mas bien que son precisamente los pueblos que creen conocer su historia los que se obstinan en repetirla. Una historia artificial las más de las veces, manipuladora y mendaz casi siempre, que los poderosos dan a conocer a las gentes, tan solo para que no sean capaces nunca de construir la suya propia.


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