Joludi Blog

Feb 23
Gini
Imáginate una tabla que muestre el reparto de la riqueza entre la población. A la izquierda, los porcentajes de población, 0%, 10%…hasta el 100%. Y a la derecha, los porcentajes de riqueza, 0%, 10%, hasta el 100%. Un vistazo a esa tabla nos...

Gini

Imáginate una tabla que muestre el reparto de la riqueza entre la población. A la izquierda, los porcentajes de población, 0%, 10%…hasta el 100%. Y a la derecha, los porcentajes de riqueza, 0%, 10%, hasta el 100%.  Un vistazo a esa tabla nos indica el nivel de desigualdad de una sociedad. Si el 20% de la población se corresponde con el 80% de la riqueza, tenemos un caso claro de desigualdad. Si cada porcentaje se corresponde estrictamente con su mismo porcentaje de riqueza, tenemos una sociedad equitativa. Ahora imagina que conviertes esa tabla de reparto de la riqueza en una gráfica de ordenadas y abscisas. Si la curva que te sale es simplemente la recta de 45 grados, estamos ante una sociedad perfectamente igualitaria. Si la curva que te sale está muy abombada, la sociedad es poco igualitaria. A esa curva se le llama Curva de Lorenz y refleja gráficamente el nivel de desigualdad de una sociedad. El problema de esa curva, a efectos estadísticos, es que es eso, una curva. Y no permite parametrizar bien algo tan importante como la desigualdad. Por eso, un matemático italiano de principios del siglo pasado, Corrado Gini concibió un coeficiente con valores entre 0 y 1, que refleja numéricamente el grado de abombamiento (y por tanto de desigualdad) de la curva de Lorenz. La idea de Gini era muy sencilla. Bastaba comparar el área entre la curva de Lorenz y la recta de 45 grados, con el área total bajo la recta de 45 grados. Al relacionar ambas áreas se obtiene un coeficiente que puede ir desde cero a uno, pero no más. Y que por lo tanto permite expresar con un simple número lo que Lorenz expresaba con una gráfica. 

Pues bien, este coeficiente de Gini, junto con las cifras reales del paro, es de lo que deberían hablar los Gobiernos. Y no de entelequias como la prima de riesgo o la calificación de Moody. Lo que de verdad importa para la felicidad de la gente es el empleo y la igualdad. Al diablo con la prima de riesgo y otras zarandajas.

En Estados Unidos, Obama, tan criticable por tantos conceptos, al menos sí se preocupa del coeficiente de Gini. Ni siquiera los americanos le compran a su Presidente el disparate de confundir las cifras macroeconómicas con los índices de justicia y bienestar de la sociedad. Pero nosotros sí, según parece. Y por cierto, España ocupa el lugar 53 del mundo en términos del indice Gini. Justo entre Niger y Etiopía. Y netamente por debajo de Bulgaria, Burundi, Rumanía, Nepal, Estonia, Bangla Desh, Chipre, Egipto, Pakistán…


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