Joludi Blog

Mar 24
La costumbre de no fiarnos de nada.
¿Cuál es el mayor premio científico del mundo? El premio Templeton, con una dotación de 1,4 millones de euros.
Este año se lo ha llevado un físico (y filósofo) francés llamado Bernard d'Espagnat, de la Universidad...

La costumbre de no fiarnos de nada.

¿Cuál es el mayor premio científico del mundo? El premio Templeton, con una dotación de 1,4 millones de euros.

Este año se lo ha llevado un físico (y filósofo) francés llamado Bernard d'Espagnat, de la Universidad de París Sur. Y se lo ha llevado por su trabajo sobre mecánica cuántica.

D'Espagnat es un tipo brillantísimo, de 87 años, que ha tenido la inmensa suerte de trabajar mano a mano con De Broglie, Fermi, Bohr y Wheeler, entre otros.

Y ¿por qué le han dado ahora este enorme premio a este científico venerable?

Pues porque d'Espagnat ha demostrado experimentalmente la invalidez el famoso Teorema de Bell en el mundo cuántico, lo que representa formalizar algunas de las consecuencias lógicas más extremas de la física cuántica, en particular el enojoso asunto de las acciones a distancia, es decir, la capacidad de las partículas de influirse entre sí de forma instantánea incluso estando separadas por enormes distancias, lo que violaría las leyes de la Relatividad y el límite einsteniano de la velocidad de la luz para el movimiento de cualquier cosa. Alguien tan importante como Henry Stapp calificó hace años este asunto del Teorema de Bell y su quiebra en la mecánica cuántica como el más importante descubrimiento en la Historia de la Ciencia.

Pero lo verdaderamente notable del trabajo de este sabio, más allá de la prueba empírica del “más importante descubrimiento en la Historia de la Ciencia” ha sido otra cosa.  Seguramente el factor que le ha hecho tributario a D'Espagnat del folocotrón de millones del Templeton Award ha sido su análisis nítidamente filosófico sobre la verdadera naturaleza de la realidad, a la luz de la mecánica cuántica. Un análisis en el que se podrían detectar los ecos de Spinoza y Kant.

Si alguien en el mundo podía hacer este tipo de análisis es una persona como D'Espagnat, que se mueve al máximo nivel tanto en el raciocinio filosófico como en la física más avanzada.

Y los resultados son sobrecogedores.

D'Espagnat ha demostrado que a la luz de la física actual el mundo es definitivamente incognoscible. Nos está vedado al verdadero conocimiento. Reconoce que través de la ciencia podremos echarle un vistazo a algunas estructuras básicas de la realidad, pero afirma que la mayor parte de esa realidad permanecerá como un infinito y eterno misterio para nosotros. Nótese que utilizo el verbo “permanecer” en futuro, no en presente. El mundo, según D'Espagnat, está velado para nosotros. Y seguirá estándolo.

Le han dado  a D'Espagnat el mayor premio científico del mundo por pensar en estas terribles cosas. Y probarlas. Pero la noticia no ha trascendido mucho. Apenas una notita en alguna revista científica.

Cuando Gödel demostró la imposibilidad de demostrarlo todo en matemáticas, poniendo en tela de juicio el edificio axiomático, se produjo una conmoción mundial en los medios científicos. Muchos matemáticos entraron en depresión. Incluso hubo suicidios (el mismo Gödel se suicidó).

Pero ahora, cuando un tipo de la talla de D'Espagnat demuestra que no podemos conocer la auténtica realidad de las cosas, lo que es aún mucho más grave, no parece que nadie se inmute.

Debe ser que ya estamos acostumbrados a que todo sea relativo, discutible, evanescente…