Joludi Blog

Ago 9
Exoplanetas.
Casi cada día los astrónomos descubren un nuevo exoplaneta, es decir, un planeta que orbita una estrella diferente a nuestro sol, y que, por lo tanto, a priori, podría ser un candidato para alguna forma de vida. La lista de estos...

Exoplanetas.

Casi cada día los astrónomos descubren un nuevo exoplaneta, es decir, un planeta que orbita una estrella diferente a nuestro sol, y que, por lo tanto, a priori, podría ser un candidato para alguna forma de vida. La lista de estos exoplanetas ya alcanza casi los 2.000 (y se calcula que en la Vía Láctea hay no menos de 100.000 millones).

Con este par de millares que ya tenemos, se empieza a plantear ya un problema de nomenclatura. Hasta la fecha, los nombres que la International Astronomical Union (IAU) ha ido otorgando a estos objetos celestiales son realmente lamentables: TrES-4, TrES-2b, Corot-7b y de este estilo. 

Así que ahora, en la IAU, a alguien se le ha ocurrido pedir la colaboración de la gente para dar nombres más inspiradores. De modo que se ha puesto en marcha el concurso NameExoWorld para dar un nombre a 20 o 30 exoplanetas especialmente significativos. Los resultados se conocerán dentro de un año.

No tengo ni idea respecto a los nombres que saldrán de ese concurso. Puede ser cualquier cosa. Supongo que empezarán por Vulcano o Endor, con votos masivos por parte de los trekkies o los jedies del mundo.

A mí me gustaría contribuir. 

Pero yo me limitaría a aportar nombres de lugares y países míticos. Hay muchos para elegir.  Qué se yo. Desde Alagaesia, de Dungeons and Dragons a Asgard, de Marvel Comics o la Dreamlands de Lovecraft

Otra opción, que me gusta más, podría ser la de usar nombres de lugares utópicos. También hay muchos. Podríamos pensar en la Taprobana, de Metástenes, o en la Sforzinda de Filarete. O en la Bensalem de Bacon. O en en la Sévarambes de Vairasse. O en la Icaria, de Cabet. O en el Erewhon de Butler.

Pero la mejor solución, creo, sería no tener que recurrir a la literatura ni a la utopía, sino ir asignando a esos planetas los nombres de los muchos lugares maravillosos de nuestro propio planeta. Yo empezaría por ejemplo por Es Vedranell, donde anteayer, al amanecer, yo buceaba, ingrávido sobre un cristalino abismo tapizado de posidonias y mágicamente acosado por una muchedumbre de de mil y una  pequeñas y atrevidas doradas.

Esa es mi propuesta para la IAU. Comenzar por Es Vedranell. Y seguir por Tagomago, por ejemplo. O por Benirrás, donde ayer eché mucho de menos los viejos tambores, o por cualquiera de los sonoros nombres de las mil y una calas e islotes de este archipiélago fascinante en donde  uno siente a menudo la irrefutable sensación de estar justamente en un remoto exoplaneta.


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