En las repúblicas bananeras, los políticos se corrompen con dinero. En los estados serios, los políticos se corrompen con la promesa, implícita y sobreentendida, de bicocas diversas, sillones en consejos de administración y consultorías varias. Son prebendas que se sabe que recibirán tan pronto salgan del poder. Por los servicios prestados….Casi que prefiero las repúblicas bananeras. Al menos tienen plátanos.