Joludi Blog

Abr 16
Nickelodeon.
Cuando surgió el cine, la Iglesia lo recibió con uñas y dientes. La jerarquía eclesiástica temía muchísimo la capacidad de la gran pantalla para degradar las costumbres y corromper a la juventud. En Hollywood, durante mucho tiempo (en...

Nickelodeon.

Cuando surgió el cine, la Iglesia lo recibió con uñas y dientes. La jerarquía eclesiástica temía muchísimo la capacidad de la gran pantalla para degradar las costumbres y corromper a la juventud. En Hollywood, durante mucho tiempo (en los años 30) se aplicó un código moral implacable. No se veía a las parejas dormir juntas, ni siquiera en los casos de matrimonio. Tampoco se veían escenas con retretes o urinarios. Los besos estaban cuidadosamente regulados.
Pese a todas las protecciones, el cine de aquellos años difíciles se abrió camino. Era el consuelo en una situación de crisis económica. La gente acudía masivamente a los “Nickelodeons”, es decir, a los “teatros del nickel”, porque una simple moneda de cinco centavos de dólar, de nickel, era lo que costaba asistir a la sesión.  Era poco dinero esos cinco centavos. Quizá como el eurito por el que ahora los mayores pueden ir al cine en Madrid, gracias a la subvención de la Comunidad.
Los integristas señalaban aquellos “nickelodeones” baratos como emporios del diablo. Y eso que la censura limitaba cualquier exceso. También en Europa había un pánico eclesial terrible. Se pensaba que el matrimonio mismo como institució se ponía en juego por culpa de la expansión del cinematógrafo.
Lo curioso es que “nickel” (del que ahora se habla mucho, porque se ha descubierto que la emergencia de la vida vegetal y animal en la Tierra tiene mucho que ver con el cambio entre las proporciones de niquel y oxígeno en el planeta) significa justamente “diablo”. La palabra “nickel” significa diablo o diablillo en la jerga de los mineros alemanes del siglo XVIII . Se acuñó el término en la industria centroeuropea de la extracción y fundición del cobre porque el níquel que aparecía junto al cobre dificultaba enormemente los procesos.
En cuanto a odeón, es obvio que significa auditorio. Tiene que ver con el verbo griego “aeido” que significa cantar (de ahí “oda”, canción o poema).
Así que, estrictamente hablando, “nickelodeon” es el auditorio del diablo, como se temían los prebostes de la Iglesia.


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