Joludi Blog

Abr 27
Por encima de la gramática.
Segismundo, hijo del Emperador Carlos IV, no hizo muchas cosas memorables. Se le recuerda sobre todo porque organizó la última Cruzada, en 1396. Una cruzada que fue un completo desastre, como casi todas. Y que marcó...

Por encima de la gramática.

Segismundo, hijo del Emperador Carlos IV, no hizo muchas cosas memorables. Se le recuerda sobre todo porque organizó la última Cruzada, en 1396. Una cruzada que fue un completo desastre, como casi todas. Y que marcó inexorablemente el destino fatal de Constantinopla.
Pero también se recuerda a Segismundo, rey de los Húngaros y luego Emperador del Sacro Imperio, por una anécdota curiosa, a la que Kant daría posteriormente una proyección particular.
Parece ser que en un Concilio, un Cardenal se arriesgó a decirle a Segismundo que había cometido un error gramatical. Había utilizado la palabra “schisma” (cisma) como sustantivo femenino, siendo así que es término neutro  (por cierto, en castellano también se mezclan los géneros de cisma, pues a veces se usa en femenino, sobre todo en Cataluña.)
Segismundo, irritado por el reproche, pronunció su frasecita inmortal
– Soy Emperador y estoy por encima de la gramática” (“Ego sum rex romanus et super grammaticam”).
Kant popularizó aquella salida de tono de Segismundo, acuñando la frase “Caesar non est supra grammaticos”. 
O sea, que según Kant, un gobernante “ilustrado” no debería sentirse necesariamente por encima en las creencias de sus súbditos. Y ponía Kant como ejemplo de gobernante “ilustrado”, a Federico el Grande, de Prusia. De hecho llega a decir Kant a continuación, en las mismas páginas de la Crítica de la Razón Pura, que el siglo XVIII es el “siglo de Federico”. 
Lo curioso es que Voltaire, que precisamente mantenía muy buenas relaciones con Federico el Grande, perdió en parte su amistad porque se atrevió a reprochar los muchos errores gramaticales que cometía Luis XV. (Como bien decía Ortega, Francia ha tenido siempre la característica de ser un país capaz de ponerse en crisis colectiva por culpa de una desinencia…). También Federico se molestó mucho por una obra iconoclasta de Voltaire sobre Juana de Arco, en la que ponía en duda su doncellez y muchas cosas más.
A Federico el Grande, ejemplo kantiano de que los monarcas no están por encima de las reglas, le parecía muy mal esta insolencia del filósofo con respecto a los solecismos del monarca.
Y es que, se ponga Kant como se ponga, Segismundo tenía razón. 
El poder por encima de la gramática. Y de la historia. Y de la geografía. Y…


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