Una proteina obtenida de las algas, denominada channelrhodopsina, que es sensible a la luz, está permitiendo analizar el funcionamiento de las neuronas de una forma extremadamente precisa. No hay que subvalorar la importancia de este tipo de cosas. Ramón y Cajal descubrió la neurona gracias, principalmente, a un innovador sistema de tinte de los tejidos, que permitía su observación microscópica de una forma totalmente innovadora. Para conocer, primero hay que ver.