Joludi Blog

Mayo 28
Justicia Poética.
Un conocido cazador de elefantes ha perecido aplastado por una de sus víctimas. La noticia ha sido muy comentada. Y en algún caso se ha dicho que se trata de un caso de “justicia poética”.
Yo no creo que se pueda hablar de poesía...

Justicia Poética.

Un conocido cazador de elefantes ha perecido aplastado por una de sus víctimas. La noticia ha sido muy comentada. Y en algún caso se ha dicho que se trata de un caso de “justicia poética”.
Yo no creo que se pueda hablar de poesía cuando un elefante causa la muerte de un hombre. Ni tampoco me parece justo, por más que el fenecido sea un individuo vinculado a la infame actividad de matar maravillosas criaturas por placer.
En realidad, no me convence mucho la expresión “justicia poética”. Prefiero la justicia a secas. O la poesía a secas.
Justicia poética es un tonto préstamo que hemos tomado de la cultura anglosajona. Un crítico literario inglés del siglo XVII, un tal Rymer, se empeñó en menospreciar las tragedias de Shakespeare porque a su juicio no tenían un final feliz. A su entender, la obra dramática debería tener un sentido moralizante y por tanto, toda representación debía concluir con el debido premio de los buenos y el justo castigo de los malos, es decir, con algo que él entendía como justicia teatral o, en sus propias palabras, “poetic justice”.
Naturalmente, la creación es una cosa y la moral es otra bien distinta. Se ha intentado muchas veces vincularlas, sin ningún éxito. Lo intentaron los téologos jesuitas en Trento. Y los funcionarios soviéticos que definían el realismo socialista. 
Pero, pensándolo bien, a veces hay algo lírico, incluso poético en ciertas noticias que conocemos y que parece responder a un misterioso sentido de justicia. Repito que no me refiero a lo del infeliz verdugo de paquidermos.
Estoy pensando, mas bien, en ese sindicato de electricistas noruegos que ha donado 50.000 euros a la Asociacion para la Recuperacion de la Memoria Histórica. Un grupo de miembros de ese sindicato ha viajado recientemente a Guadalajara para asistir a la exhumación de 17 cuerpos. ¿Por qué han hecho esta donación y por qué han asistido a este evento? Pues porque según nos explican, sus antepasados, voluntarios en las Brigadas Internacionales, aprendieron en la Guerra Civil Española mucho de lo que luego les sirvió en su patria para combatir a los nazis.
Pero yo añadiría algo que creo no se ha mencionado; los exiliados españoles que se enrolaron en la Legión Francesa combatieron con bravura a los nazis en las costas noruegas, con ocasión de la Batalla de Narvik, en Abril del 40, que fue uno de los primeros enfrentamientos significativos entre los aliados y las fuerzas del eje.
Así que en esta visita de los electricistas noruegos y esta donación a la causa de la memoria histórica yo sí veo una cierta idea de justicia. Una justicia que incluso me parece poética.


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