Focas y otros mamíferos marinos.
“Está hecho una foca”, decimos, cuando alguien está realmente gordo. La foca es el paradigma universal de la obesidad. Pero también podría serlo la ballena. O los leones marinos. O en general, cualquiera de los mamíferos que viven en los océanos.
Con sus formas redondeadas son muy diferentes de la mayoría sus estilizados compañeros de las aguas, que han afilado su perfil para desplazarse más velozmente bajo la superficie. ¿Por qué esto es así? Pues porque las focas y los otros mamíferos marinos tienen la sangre caliente, y en las profundidades suele hacer bastante frío. Y para mantenerse protegidos del frío, lo mejor es estar un poco gordo. No ya por lo que representa la grasa como depósito de calorías, sino sobre todo porque las formas redondeadas son las que minimizan la superficie expuesta al frío para una masa corporal dada. En otras palabras. Si eres gordo, la parte de cuerpo expuesta al frío es pequeña, en relación con tu masa corporal total. Todo lo contrario que si eres delgado.
Los mamíferos marinos son regordetes por razones estrictamente físicas. Todo tiene una razón. Al menos en el océano.
