Móviles.
Es penoso ver a la gente todo el día con el móvil en la mano. Heidegger, que filosofó mucho sobre el tema de las manos, decía que la construcción del pensamiento del hombre es un resultado del uso de nuestra mano. Pero ahora, con el teléfono móvil todo el día a cuestas, quizá lo que está en juego es precisamente el pensamiento, porque el móvil se ha convertido en una extensión de la misma mano. En muchos idiomas, de hecho, han preferido reconocer este hecho trascendental y darle un nombre apropiado al teléfono móvil, en lugar del absurdo de celular o el trivial de portátil. Así, en Tailandia, al móvil le llaman mue tue, que significa extensión de la mano, y en Finlandia, que saben mucho de esto, le llaman kanny, que significa igualmente extensión de la mano. Sí, con el móvil, la mano se alarga, pero el pensamiento se acorta. Seguro que a Heidegger no se le hubiera escapado esta idea.