Joludi Blog

Dic 30
En el Principio era la Lógica.
En el Principio era la Lógica. Y la Lógica estaba con Dios. Y la Lógica era Dios.
Así es como sonaría el comienzo del mundo tal como nos lo relata el evangelista Juan si simplemente sustituyésemos la traducción usual de...

En el Principio era la Lógica.

En el Principio era la Lógica. Y la Lógica estaba con Dios. Y la Lógica era Dios.
Así es como sonaría el comienzo del mundo tal como nos lo relata el evangelista Juan si simplemente sustituyésemos la traducción usual de la palabra original griega “logos” por “lógica”, en lugar de por la extraña y chocante “verbo” (que a mí me parecía una cosa rarísima cuando la oía de niño; no tenía muy claro que tenía que ver la gramática y los tiempos de indicativo o subjuntivo con la creación del mundo y el comienzo de las decisiones divinas…)
Con esta traducción alternativa, emerge una visión del Génesis más bien platónica. Y tal vez algo más comprensible. No se.
Mi planteamiento es que traducir en este contexto “logos” por lógica debería ser tan aceptable como traducirlo por “verbo”. O quizá más.
El “logos” utilizado por el evangelista significaba muchas cosas en griego antiguo, no solo “palabra”. Es uno de los términos más ricos y polivalentes que puedan imaginarse. Puede significar alternativamente “razonamiento”, “enseñanza”, “informe”, “fracción”, “proporción” y bastantes más ideas del mismo entorno semántico, incluyendo algo así como “Lógica”, por supuesto. Hay muchos otros casos en los que traducir logos por razonamiento, explicación o lógica parece encajar mejor con la idea original de los narradores bíblicos. Por ejemplo, en Lucas 4:36, la gente se extraña de los poderes de Jesús y dice “¿Qué palabra es esta? ¿Con qué autoridad y poder este manda limpiar los espíritus?” (tis o logos outos?, qué logos es este?). Pero este pasaje queda más comprensible si lo traducimos en la forma de “¿Cómo se explica esto? ¿Con qué autoridad, etcétera…
Lo que pretendo decir es tan solo que el concepto griego de “logos” era una cosa mucho más rica que nuestra limitada “palabra”. Por lo tanto, traducimos “logos” mal si nos ceñimos a esa mecánica equivalencia. Y desde luego, la traducción como “verbo” le da un toque meramente gramatical y prosaico a algo que parece tener un alcance conceptual mucho más interesante y profundo.

En el Principio era la Lógica. En el Principio era la Proporción. En el Principio era la Armonía.

A Pitágoras o Platón le hubiesen parecido fenomenales estas traducciones un tanto libres, mei generis, del texto evangélico.


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