La Gala del FMI
Es consolador saber que, en esta coyuntura tan difícil que vivimos, los del Fondo Monetario Internacional no vacilen en divertirse, poniendo a mal tiempo buena cara y dando ejemplo de confianza en el futuro. Así se hace. Lo digo por la fiesta de Navidad que el FMI ha organizado este año en Nueva York para agasajar a sus numerosos empleados y amigos. Nada menos que 7.000 invitados. Se diría que es gente que sabe de verdad como divertirse, tal como empezamos a intuir cuando conocimos las peripecias de Strauss-Kahn. En esta magna Gala 2012, los 7.000 del FMI han empezado dando buena cuenta del caviar con crema fresca, los sorbetes de ostras, el mousse de salmón en conos, las tartaletas de costillas de buey braseadas con trufa…Luego han podido optar por diferentes menús étnicos, desde el indio hasta el mexicano, que para algo estamos hablando de una entidad muy internacional y comprometida con el bienestar económico a escala planetaria. Hasta había delicatessen españolas, como el consabido jamón ibérico, la paella marinera o incluso una “ensalada murciana” (sic) con tomates y pimientos morrones…¡Ah! Seguro que habrá gente que critique ásperamente estas bacanales de una entidad cuya misión fundacional es reducir la pobreza en el mundo (“reduce poverty around the world”). Pero unos desconsiderados esos críticos. Desconocen que con festines como estos es como se estimula el consumo y se reactiva la economía mundial. Y además, el coste de este banquete es algo insignificante si lo comparamos con los ingresos del FMI que, por ejemplo, solo en forma de intereses a los griegos cobrará este año 899 millones de dólares. Eso es más que suficiente para que los 7.000 invitados disfruten un poco de sus canapés de caviar con crema fresca. Faltaría más.
