Joludi Blog

Jun 20
Ulises.
Cuando yo era muy niño, mi madre me llevó a ver las aventuras de Ulises, en el cine. El recuerdo es muy difuso. Pero se me quedó grabada aquella imagen del terrible cíclope, lanzando enormes piedras al barco del astuto viajero griego. Ulises...

Ulises.

Cuando yo era muy niño, mi madre me llevó a ver las aventuras de Ulises, en el cine. El recuerdo es muy difuso. Pero se me quedó grabada aquella imagen del terrible cíclope, lanzando enormes piedras al barco del astuto viajero griego. Ulises se las había arreglado para tomar el pelo al monstruo. Ulises le engaña al gigante diciéndole que su nombre es “Nadie” y de ese modo cuando los hermanos de Polifemo le preguntan a gritos quién le está atacando, este responde que “Nadie”, con lo cual se queda sin ayuda.
Yo sería muy pequeño, pero aquel truco de Ulises ya me parecía por entonces poco plausible, muy mal traído. Vaya atontado que debía ser ese gigante que se tragaba una trampa tan burda. Me parecía un verdadero enigma esa historia del cíclope y la palabra nadie.
Años después descubrí la explicación. En griego, la palabra “nadie” (oudeis) suena casi igual que la palabra Ulises (oudiseus). Cuando los amigos del cíclope le preguntan desde lejos, a gritos, quién le ataca, el monstruo responde que Ulises, pero los otros cíclopes entienden que no le ataca nadie. La gracia solo tiene verdadero sentido en griego.
Hay unos pocos enigmas de la infancia, como este de Ulises y Polífemo, que he podido aclarar un poco con los años, a medida que he ido averiguando alguna que otra cosa. Otros muchos enigmas, en cambio, me parecen más y más misteriosos a medida que me averiguo más cosas…