Joludi Blog

Feb 3
Euskera.
Humboldt fijó el año de defunción del euskera en 1900. Es obvio que no consideró todos los factores…
Es sumamente peligroso hacer predicciones a fecha fija. También Keynes dijo que en 2030 la Humanidad resolvería todos sus problemas...

Euskera.

Humboldt fijó el año de defunción del euskera en 1900. Es obvio que no consideró todos los factores…
Es sumamente peligroso hacer predicciones a fecha fija. También Keynes dijo que en 2030 la Humanidad resolvería todos sus problemas económicos, llegaría a un estado paradisíaco de sobreabundancia, y nos podríamos dedicar todo el rato a la cultura y el arte.
Y ya se ve el camino que llevamos.
Con respecto al euskera, más allá de su destino, que depende mucho de los presupuestos generales, lo que no desaparecerá es su profunda huella en el lenguaje que hablamos. Muchas de nuestras palabras tienen un origen inesperadamente vasco. La palabra “silo”, sin ir más lejos, proviene de “zulo”. Lo mismo se puede decir de palabras usuales en castellano, como izquierda, pizarra, chaparro, chatarra, zamarra, gabarra, cencerro, chabola, sinsorgo, socarrado, bizco, aúpa, aquelarre, bruces …Incluso nécora es muy posiblemente vocablo de origen vasco, con el significado de “lenta”.
Y hay multitud de topónimos que han quedado como testimonios silenciosos de una época remota en la que el vasco se hablaba por buena parte de la península (y quizá en los altos pastizales de muchas montañas del sur de Europa). Lapesa estaba convencido, por ejemplo, de que Aranjuez viene de “aranza” que es espino en vasco. Y de que “Arriaca”, el antiguo nombre de Guadalajara, que en árabe significa “río de piedras” (wad al hagara), también era topónimo vasco, derivado de “arriaga”, pedregal.