Jul
6
Bici.
La bicicleta me devuelve equilibrio mental. Es mi panacea frente a la melancolía. Mi pequeña máquina de ser feliz. Y el alivio no viene solo por el cansancio de dar pedales por las cuestas de la Sierra, con el consiguiente boost de endorfinas. Ocurre que tan pronto me sobrevienen las dudas existenciales me pongo a limpiar las bicicletas. O a hacer alguna chapuza con ellas. Ayer pasé un par de horas intentando montar una tija (yo, que soy el colmo de la torpeza). Fueron dos horas sin la menor preocupación metafísica. Solo ocupaba mi mente la frustración por no poder instalar bien la condenada Ritchey Superlogic. Haz como yo, cuando tengas inquietud existencial, ponte a limpiar la cadena de tu bici. O mejor aún, súbete a ella.
