Arabia infeliz.
No es del todo sabido que en Arabia Saudi está rigurosamente prohibido que las mujeres conduzcan. En las zonas rurales hay más tolerancia. Pero en las ciudades, si eres mujer y conduces te detienen. La policía religiosa, que es exactamente la versión moderna y musulmana de la Inquisición y el Santo Oficio, es implacable con la mujeres al volante.
Es particularmente absurda esta discriminación. Todos los estudios disponibles demuestran que la conducción de la mujer es más segura que la del hombre (aunque, reconozcámoslo, posiblemente también es “distinta”).
A mi me ha recordado los tiempos en los que yo era niño y en los que mi madre me llevaba en coche por Madrid. A la primera de cambio nos gritaban aquello tan socorrido e intelectualmente elevado de “¡a fregar!”…
Tal vez en Arabia sigan pensando que tiene que ser así. Pero si permitiesen conducir a las mujeres, la cifra de muertos en las carreteras y calles de ese país bajaría un poco.
De hecho, los accidentes de tráfico son la primera causa de mortalidad en Arabia Saudí. Nada menos que un 81% de todas las muertes tienen este origen. Se dice pronto. O sea, que además de machistas son unos brutos. Por lo menos al volante.