Joludi Blog

Publicaciones etiquetadas como haiti

Ene 14
Tan lejos de Dios, tan cerca de USA.
Este es un momento tan bueno como otro cualquiera (o quizá más), para recordar que Haiti no ha sido tan indeseable para muchísimas empresas norteamericanas como parece que lo es para Trump. Un gran número de...

Tan lejos de Dios, tan cerca de USA.

Este es un momento tan bueno como otro cualquiera (o quizá más), para recordar que Haiti no ha sido tan indeseable para muchísimas empresas norteamericanas como parece que lo es para Trump. Un gran número de firmas de Estados Unidos han visto en Haiti un paraíso en el que deslocalizar su producción y beneficiarse de una mano de obra baratísma (algo que ha sido una constante desde que los europeos llegaron al continente norteamericano y especialmente desde que esos mismos europeos llenaron Haiti de esclavos africanos).
Como consecuencia de esa deslocalización, ya a mediados de los años 80 del pasado siglo había más de ochenta empresas norteamericanas subcontratando producción en el Haití manejado por esa marioneta sangrienta y brutal que era Duvalier. Y lo hacían de una manera sumamente lucrativa, porque en tiempos de Duvalier los empleados haitianos que producían en Haiti para el vecino del norte cobraban unas 10 veces (diez veces) menos que sus colegas americanos. Algo mejoró la situación con el golpe de estado de Jean Bertrand Aristide, quien duplicó de un plumazo los salarios…
Una de las principales empresas que descubrieron ese formidable negocio haitiano fue Disney, cuyas camisetas de Micky Mouse, Pluto, Rey León, etc…han salido siempre, en buena medida, del “pozo de mierda” trumpiano. Por lo menos así ha sido hasta el reciente y terrible terremoto que sacudió a ese infortunado país; el terremoto que arrasó ese lugar que parece estar tan lejos de Dios como cercano a los Estados Unidos.


La abolición de la esclavitud
En relación con mi anterior post, me comenta un amigo que según él tiene entendido, fueron más bien los revolucionarios franceses los primeros en abolir la esclavitud, y no los insurrectos haitianos.
Tiene buena parte de...

La abolición de la esclavitud

En relación con mi anterior post, me comenta un amigo que según él tiene entendido, fueron más bien los revolucionarios franceses los primeros en abolir la esclavitud, y no los insurrectos haitianos.
Tiene buena parte de razón. Es verdad que en 1794, la Asamblea Francesa, encabezada por Robespierre, declaró abolida la esclavitud. Y esto quedaba también confirmado en la Declaración de los Derechos del Hombre.
No es menos cierto que la revolución liberadora haitiana cumplia ya su tercer año cuando Robespierre hizo su proclama. Y también es verdad que un año antes de la declaración jacobina, Toussant L’Ouverture, el caudillo haitiano, hizo pública su famosa proclama en la que declaraba la libertad e igualdad para todos, e invitaba a unirse a él en la decisión de arrancar de raíz el árbol de la esclavitud (“…déracinez avec moi l’arbre de l’esclavage!”).
En fin, habría que decir que la abolición que proclamaron los revolucionarios jacobinos no fue más que un brevísimo y nada efectivo paréntesis, pues apenas ocho años después esa abolición sería revertida…¡por Napoleón!. El siglo XIX se abría por tanto con un único país del mundo en el que no existía el derecho de un hombre a esclavizar a su semejante. Y ese país era Haití, mira por donde. Luego vinieron poco a poco los demás, en un proceso lleno de contradicciones en el que acaso primaban más los intereses comerciales y políticos que un verdadero afán por reconocer la dignidad del ser humano más allá del color de su piel.


Ene 13
Es lamentable ver ese espíritu de revuelta entre los negros.
Trump ha calificado a Haití (junto con El Salvador) como “país letrina” o país “pozo de mierda”. Es algo que ejemplifica bien lo que según Bannon caracteriza a Trump, a saber, que solo...

Es lamentable ver ese espíritu de revuelta entre los negros.

Trump ha calificado a Haití (junto con El Salvador) como “país letrina” o país “pozo de mierda”.  Es algo que ejemplifica bien lo que según Bannon caracteriza a Trump, a saber, que solo tiene dos posiciones, on y off, siendo el on la posición de completa vanidad y el off la de completa capacidad de injuriar y calumniar.

Más allá del disparate que representa esa vulgar observación desde el punto de vista diplomático, hay que subrayar que es en buena medida una calificación injusta. Sobre todo si atendemos a la Historia.
No se puede calificar de pozo de mierda al primer país del continente americano que se rebeló con éxito frente a la explotación y opresión de los negreros y que fue el primer país del mundo en el que la esclavitud fue definitivamente abolida (la abolición de los revolucionarios franceses duró solo hasta Napoleón). La exitosa revolución haitiana fue, además, un elemento importantísimo para estimular la autoestima de los esclavos en Norteamérica e impulsar su emancipación, según ha demostrado Jonathan E. Bosscher.

Los revolucionarios haitianos se alzaron entre 1789 y 1804 frente a los colonizadores británicos y franceses.Y lograron librarse de su infame yugo cuando ni siquiera se habían tejido los pañales que habría de usar un bebé llamado Abraham Lincoln (por cierto que the honest Abe impulsó siendo Presidente unos chuscos programas de “exportación” de los incómodos negros recién liberados, en condición de colonos semivoluntarios a…Haití. Un programa completo para deshacerse de los negros libres, diseñado por la Casa Blanca de entonces en colaboración con ávidos promotores como el viejo millonario Forbes o Tuckerman…¿no hay aquí cierta coherencia con la calificación de rincón de desechos que Trump dedica a la isla caribeña…? 

En el período “antebellum” de Estados Unidos, es decir, el que va entre 1806 y la Guerra de Secesión, la revolución de los esclavos de Haití tenía en ascuas permanentes al país que ahora preside el rubicundo tycoon. El mismísimo George Washington, primer antecesor de Trump, gran terrateniente de plantaciones y notable propietario de esclavos, se alarmó muchísimo en 1791 cuando tuvo noticias de lo que ocurría en ese “pozo-de-mierda” del Caribe, en el que parecía surgir algo que en mala hora podría amenazar su opulento modus vivendi y el de sus iguales. “Es lamentable…”, le decía George Washington por carta a John Vaughn, “…es lamentable ver tal espiritu de revuelta entre los negros” (carta de Washington a John Vaughn, 27 Diciembre 1791, The Writings of George Washington, ed., John C. Fitzpatrick, 39 vols. Washington, D.C., 1931-44, 31: 453). Pocos años más tarde, Jefferson, el tercero de los Potus y también notorio esclavista, cortaba toda clase de ayuda a Toussant, el líder del alzamiento negro en Haití quien, pese a todo, consiguió dar vida a la primera República Libre de América. Una República a la que, en 1806, el Congreso de los Estados Unidos declaró el embargo y el beligerante no reconocimiento. Ni siguiera accedió la Casa Blanca a reconocerla en1830, cuando Francia e Inglaterra por fin lo hicieron. Ni tampoco en 1840, cuando le tocó el turno a países aún esclavistas como España y Portugal; seguía habiendo demasiado miedo en Washington a que se produjese una contaminación del espíritu libre y rebelde de los negros de “Saint Domingue” entre las productivas masas de esclavos de Luisiana o Carolina del Sur…

Así que podemos trazar cierta línea de continuidad para enlazar a los padres fundadores de Estados Unidos, que eran nítidamente racistas, esclavistas y por ello muy temerosos de la inmigración haitiana, con el recelo contra esa misma inmigración que muestra en sus exabruptos el actual inquilino de la Casa Blanca. Un personaje que resulta en algunos aspectos muy parecido a sus remotos predecesores, pero con el valor añadido de ser un notorio bocazas y un incontinente verbal, cosa que ni Jefferson ni Washington eran en modo alguno. Seguimos en las mismas, pues, pero, en cierto sentido, mucho peor.